El alcohol en pequeñas cantidades aumenta la libido. También hace que una persona tenga hambre y se sienta sonrojada. Esto se debe a que el etanol estimula una parte primitiva del cerebro, el hipotálamo, que se encuentra justo encima del tronco cerebral. Esta parte del cerebro regula las funciones humanas básicas como la temperatura del cuerpo, el hambre, los niveles hormonales, el vínculo paterno y, por supuesto, el impulso sexual. Sólo necesitas un poco de vino para sentir estos efectos. Las aminas son compuestos orgánicos que se encuentran en el vino en cantidades muy pequeñas. Algunas de las aminas más comunes en el vino tinto son la histamina, la tiramina, la espermidina, la putrescina y la serotonina. La histamina se correlaciona con el aumento del deseo sexual, el estado de alerta y la pérdida de peso. Es positivo como estimulante cuando se consume en pequeñas cantidades.